Relato sin numero

No pude contenerme de escribir en un día tan especial, donde conmemoramos al menos donde radico (desde hace más de un año) México mi país natal, el día del escritor.
Y es que tengo tantas ganas de gritar al aire gracias, gracias, gracias a todos los que tuvieron el tiempo, la fuerza y la constancia de escribir incluso en las circunstancias más adversas, difíciles o demagogas. Gracias a todas las madres, esposas, esposos e hijos que tuvieron la paciencia de apoyar a quienes por vocacion, convicción o deber escogieron este oficio tan mal remunerado y muchas otras veces reconocido y valorado siglos después. 

Gracias a todos los escritores y escritoras por su dedicación y por dejar un legado escrito a la humanidad para que las próximas generaciones no se olviden lo que hemos caminado y a pesar de lo terrible de algunos eventos. Debemos tener siempre en la memoria la historia, nuestra historia para no repetirla y aprender.

Pero por dolorosa que esta sea también nos muestra que somos una raza grandiosa, compasiva, empática que en muy poco tiempo ha podido alcanzar y comprender el mundo que nos rodea de manera sorprendente sobretodo en el ámbito científico.

Y si alguno de los discípulos de Platón o incluso Sócrates quien hace ventiseis siglos vagaba por las calles y dialogaba con la gente cuando la filosofía surgía de la vida de la polis, y de las opiniones y convicciones que tenían esos ciudadanos. 

El espíritu socrático se sorprenderían y quedaría perplejo de saber que en el futuro, existirían las redes sociales y la adicción a las pantallas y de como sostiene Michael Sandel “si las dejamos que actúen solas, estarán compitiendo con la educación y serán una de las mayores barreras para el aprendizaje". 

Increíblemente, apenas hace 500 años se invento la imprenta y aún hoy día existen más de 770 millones de habitantes en el mundo analfabetas y en el caso de México, se leen en promedio 3.8 libros al año por persona, pero sólo 2 de cada 10 lectores comprende totalmente el contenido que leyó.

Sabemos que existen más poetas que lectores de poesía y entonces quizá poco podemos hoy festejar aún así sería injusto no sentirnos alabados de como millones de bibliotecas existen por todo el mundo y el libro no es obsoleto ni lo será y me atrevo a decir que ni el mundo virtual podrá remplazar lo que los libros han dado a la humanidad.

La historia, nos muestra una historia de sangre, guerras, colonización, genocidios, ecocidios y conflictos históricos bélicos aún por resolver. Aún hay una deuda histórica, perdones ignorados y saqueos no juzgados que espero en un futuro las naciones reconozcan su atrocidad y que muchas de las riquezas de la oligarquía han sido producto de la explotación de muchos pueblos oprimidos, saqueados y olvidados. Dicen, así dicen que pasa "que la historia la cuentan los ganadores" pero es justo aqui donde los libros cobran un gran significado al renombrar esa pequeña batalla que no se enseño en los libros de textos pero que un día algún escritor, periodista o aficionado escucho.  

Y fue a través de un libro que conocimos la historia de Ruanda y su despiadado genocidio pero también gracias a los libros escritos de los sobrevivientes de tan terrible suceso que escritoras como Immaculée Ilibagiza nos muestran como atrás de la peor crueldad del ser. Los seres humanos somos capaces de soportar hambruna, dolor, racismo, ira, terror y que la grandeza del ser humano traspasa, lucha y persigue los sueños más preciados del alma. Y como la voluntad, el valor y la esperanza una mujer pudo a través de sus palabras conmover y movilizar a millones de seres humanos a través de un libro y llegar a miles de corazones para llenarnos de gracia, de conmoción y admiración.

Pero para poder continuar creciendo tendremos que aprender a perdonarnos como raza y aceptar que aún estamos en una etapa primitiva comparado con los millones de años de la Tierra. 

Pero quién me conoce sabe que no lo saldré gritando a la calle o a la mar (que veo desde mi ventana en este domingo lluvioso próximo al verano) y que prefiero por ello escribir y derramar algo de tinta y bits y reescribir cientos de palabras sobre estas hojas en blanco aunque nadie nunca me lea.

Las escribo solo por el placer de escribir y para agradecer que es gracias a los libros que tengo la posibilidad de escribir.

Desde temprana edad, tuve excelentes maestros y maestras que marcaron mi camino. Egrese del Colmex donde sin duda fue ahí donde pude explorar, apreciar,  conocer y empezar a estudiar con constancia y disciplina el arte de aprehender. 

Puedo decir, que el viaje me ha dado la posibilidad de conocer la idiosincrasia de las naciones donde he decidido vivir en primer plano. Sin embargo, lo que he podido aprender y conocer por medio de los libros me hubiera llevado sin duda varias vidas y quien sabrá.

Así, vivir en Indonesia no hubiera sido igual sino me hubiera antes acercado a su lengua, a su dolor, a sus acontecimientos históricos, lo que me hizo ser tolerante y empática cuando miraba con devoción a los ancianos de su comunidad como han sabido perdonar. 

Y como iba a nos ser condescendiente cuando nos cruzamos con una familia indonesiana y mientras nosotros llevabamos en el hombro un cardumen de peces recién pescados por nosotros. Ellos en cambio llevaban a un animal pelado y quemado amarrado en una palo que cargaban la familia y los niños entorno caminaban con normalidad y sin decir una sola palabra nuestro cerebro sabía que no habíamos visto un cerdo, una gallina o un becerro sino a un perro colgado. Y que diferencia había entre nosotros y ellos si ambas formas matabamos para alimentarnos y muy probablemente ellos lo hacían más para sobrevivir. 

Y que decir de Italia, cuando por fin un día pude entrar al Uffizi y apreciar esas grandes obras del Renacimiento que de pequeña observe detenidamente en la Enciclopedia de Arte de mi padre que casi deshoje. Y de lo que sentí al ver la estatua de Alberti, Fibonacci, Galileo, Vitruvio, Machiavelo y la sensación de plenitud que me causo leer a Italo Calvino, Sabasardi, Barico, Grazia Deledda premio Nobel en literatura finalmente en italiano.

Serían innumerables los libros a citar que he leído en diferente etapas de mi vida pero todos ellos sin excepción me han dado la sensación de sentirme más plena, más sabía, más humana y más sacia y poder así tener esa sensación de saber por donde voy caminando y donde estoy.

Pero es imposible recordar ahora que mi memoria vuela la Enciclopedia del libro de Oro de los niños que tantas veces leí y como olvidar la sensación que abordo mi ser cuando al estar leyendo a Martha Schteingart mientras escribía mi tesis de arquitectura sentía conmoción y deseos de seguir investigando. 

Los libros, me han acompañado en cada ámbito de mi vida y será difícil los supla algo más.

O como pasar por alto cuando un profesor nos leía con una pasión desbordante un libro de Umberto Ecco en la biblioteca de mi adorada Academia de la Danza Mexicana y muchos años después pude leer en italiano.

Los libros, me han hecho comprender otras formas de pensar, sentir y observar. He incluso indagado quien soy de donde venimos ¡y porque no! hacia donde vamos como humanidad.

Nunca me he olvidado de mis raíces y siempre camino con humildad ante la ignorancia de los otros que no han podido acceder como yo a la educación. Soy afortunada de ser Mexicana, donde la educación es un derecho y no un privilegio. Y dónde toda mi educación ha sido laica y gratuita. Incluso la formación artística con la que me forme y modelo mi ser.

Así las horas que he pasado de frente a los libros sé con certeza han sido usadas sabiamente y espero nunca dejar de leer.

Cada palabra me ha permeado profundamente y ningún oficio en el futuro podrá sustituir la escritura por nada. Porque resulta inigualable, es única y nos caracteriza a cada ser.

Y aunque cada vez los ordenadores sustituyen y ayudan sin duda a los cálculos, procesamiento y ordenamiento de la información somos solo nosotros los seres humanos los únicos que podemos interpretar, escribir y divulgar los grandes logros de la humanidad.

Y la ESCRITURA difícilmente podrá ser sustituida por una máquina porque se necesita de un ser humano y nadie más. La escritura ha sido, es y será apreciada siempre por quien se da la oportunidad de leer.

Y por más que las nuevas tecnologías hagan del aprendizaje una accesible herramienta nunca leer será remplanzada por ningún video, documental o la mejor película jamás realizada aunque debo reconocer la labor extraordinaria del cine como el séptimo arte. Pero solo a través de un libro puedes viajar en el tiempo y perderte en el cosmos infinito de la imaginación.

Incluso para poder traducir a los grandes escritores no basta con entender la traducción literal de cada palabra a la otra lengua. Traducir es también un arte y solo conociendo la idiosincrasia del autor, el momento histórico y la temática podrá un traductor entonces: traducir. No en vano los grandes eruditos de nuestra época y cito aqui solo a dos Fernando Sabasardi y George Steiner han sido escritores y traductores de vocación.

Creo por ello, firmemente que es sólo a través de la obra (en este caso escrita), que un hombre o una mujer se vuelve inmortal.

Gracias, gracias, gracias a todos esos hombres y mujeres a quienes tuve la fortuna de leer.
A todos esos relatos, ensayos, historias, recuentos, vivencias, sueños, anhelos y porque no pesadillas que me han hecho estremecer profundamente y me han ayudado a entender la realidad y soñar que es posible construir un mundo mejor. 

¡Y si! poder leer a mis escritores italianos en su lengua ha sido un exilir que el lector apasionado podría envidiar. 

 Por ello, hoy agradezco infinitamente a cada escritor y escritora que me hizo ser quien soy.
 
13 de junio del 2021
Desde Puerto Ángel, Oaxaca
México

Comentarios

  1. Muy bello tu escrito y coincido contigo en varias cosas, el tiempo invertido en la letura es administrarlo bien. Y lo segundo es que hemos conocido historias de vida, o grandes verdades gracias a qué alguien las escribió y alguien las leyó, sin ese eco que nos depara.

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    1. Gracias por tomarte el tiempo de escribir y de leerme aprecio mucho tu comentario y espero la escritura sea en un futuro próximo tan importante como el comer, porque es única, personal y din duda fenomenal.

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